¿ERES COMO LA ZANAHORIA, EL HUEVO
O EL CAFÉ?
Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?"
-"Zanahorias, huevos y café", fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, papá?"
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo. Pero habían reaccionado en forma muy diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. El café sin embargo era único; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"¿Como cuál eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido, te has vuelto dura y rígida?
Y tú,¿como cual de los tres eres?
Los cristianos somos un granito que le damos al mundo sabor a Jesucristo.
«Ustedes son sal de la Tierra, pero si la sal se torna insípida, ¿con qué se salará? Ya no sirve para nada sino para ser echada fuera y ser hollada por el hombre. (Mt. 5:13)
Pero debemos ser purificados por las pruebas para que nuestro sabor impregne al mundo.
muy bella reflexion
ResponderBorrarAmèn ..
Borrarsi hermano Rudy :)
si gustan visitar mi blog es realityofgodchurch.blogspot.com
Borrarmuy linda reflexion.
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