Salmos 126:6: “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.”
¿Sabe lo que hace en la mañana cuando tiene un tiempo a solas con el Señor?
Está desyerbando su jardín. Está limpiando de malezas el jardín de su mente para que la buena semilla de la Palabra de Dios pueda multiplicarse.
Ahora, el próximo paso es plantar la semilla y cultivar la cosecha de Dios. Y cuando vaya a ganar almas, riegue los cultivos con sus lágrimas.
Lea en Juan 17 cómo el corazón del Señor se quebrantó por las personas que Él anhelaba abrazar y amar.
Aprenda este tipo de compasión en el jardín que Dios le ha dado a cultivar para su Reino.
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Pídale a Dios que le ponga en sus campos de servicio. Ruéguele que le haga firme, pero compasivo y sabio para compartir sus Buenas Nuevas.
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